La
presente compilación de poesía argentina fue seleccionada por Leonor García
Hernando y por quien escribe, alrededor de 1996 con la expectativa de ser
publicada en España por un grupo de librerías españolas que tenían algunas
sucursales en Argentina, una de estas en la avenida Corrientes, y una de las
tantas librerías donde Leonor trabajó. Publicar esta antología en nuestro blog comprende para nosotros un homenaje a Leonor. Digo entonces que es su antología porque
había sido suya la iniciativa de realizar la propuesta a este grupo editorial,
porque suya fue la idea integral del proyecto, pero también porque tiene una
fuerte impronta personal de Leonor como poeta y lectora, con su visión política, que remite a áquella cuestión que planteara César Fernández Moreno en ¿Politizar o poetizar?. Había conseguido la
promesa de su publicación en España lo que después de concluída la selección
vino a frustarse. Hacia 1999 se habían producido en pocos años una seguidilla
de varias crisis económicas globales: el efecto tequila, el efecto caipirihna y
el efecto arroz, que impactaron en el precio del papel a nivel local y si antes
el interés de publicar en España la antología tenía condiciones económicas muy
ventajosas para la editorial, al cabo de estas crisis esas ventajas se
desvanecieron. Así la publicación quedó trunca y luego ya no revistió interés
para ningún editor.
Varios aspectos pueden parecer cuestionables acerca de esta antología para ser tomada por otros posibles
editores, entre estos que sobretodo el período de la década de los ochenta no
estaba bien abarcado, de los poetas elegidos se objetaba que su obra continuaba
creciendo. A mi entender esta compilación tiene una mirada particular,
políticamente fuerte, el cual se trata de un aspecto, o más bien de una tensión
en la poética que viene a tener especial trascendencia en
estas décadas, sobretodo la mirada de alguien perteneciente a la generación del
'70. Pero más que nada debe considerarse la fecha de realización de la selección, por lo que hay que tomarla como un corte a ese momento. La antología comprende las décadas de 1940 a 1980 tomando como referencia
la fecha de publicación del primer libro de los autores, ese es su ordenamiento
cronológico. Cuando Leonor me propuso que colaborara con ella en el proyecto
tenía esta promesa de los gallegos como los llamaba todo el tiempo ( y eran
todo el tiempo sujetos a convencer). Un día fuimos a Diario de Poesía, Leonor era amiga de ellos y nos dieron unas cuantas opiniones Daniel Freidemberg y Jorge Fonderbrider y otro día fuimos a visitar a
Daniel García Helder, a su casa en el barrio de Once quien nos
prestó una gran cantidad de libros dentro de una bolsa que pesaba varias
decenas de kilos y en la que había más de doscientos libros que transportamos
en taxi, tan pesada era. Vimos dos veces a Daniel y yo los escuchaba a hablar de los poetas y de los libros a ser seleccionados, con bastante
extrañeza de mi parte pues no conocía muchos de esos nombres e iba a tener el
gran gusto de conocerlos después a través de las lecturas para la compilación. Muchos de esos libros eran ya entonces raramente hallables.
Las antologías provocan más antipatías que simpatías
incluso para aquellos quienes las defienden o les prodigan afecto y acceden por
medio de éstas a un nuevo panorama, a un trasvasamiento cultural. Siempre
parecen las antologías recortes caprichosos e injustos y siempre nos dejan la
sensación de habernos quedado fuera de un panorama mucho más vasto. En este
caso, y por la eminencia de la necesidad de la palabra política y poética a la
vez en este período de los cuarenta a los ochenta, por el rechazo sucesivo de
distintos editores, por ser muchos de estos libros poco hallables, todo lo
hasta aquí considerado tiene, creo, amplias justificaciones para ser publicado
aquí con este formato.
Alberto Gagetti