domingo, 26 de agosto de 2012

Cesar Fernández Moreno



Poema de la almohada

                             Dime si te despiertan las lágrimas que ruedan
                                                        Fernández Moreno, el Viejo

                                                                   


a veces casi dormido
la boca se me deforma y entreabre
hasta que una gota de saliva fría
como una lágrima envilecida
me rueda por la cara
y cae sobre la almohada con un golpe apagado

otras veces la boca se me entreabre más
y el aire como un arco de violín
recorre por su cuenta mi garganta
y por ahí le arranca un quejido
desafinado abstracto
un mero sonido
en un cuerpo derribado

pero juraste quererme siempre



El hermano menor


sí ya conozco la manera de ser de la noche
esas horas también son mi vaina
los primeros puchos siempre resultan embarazosos
después la noche sigue cuesta abajo
el mundo se va cubriendo de ceniza y de fuego
el hielo dentro del vaso
es el badajo de tu corazón
a cierta hora la poesía ya no tiene secretos
hay que ver la ternura de un codo a media luz
por fin el amor de tu vida
cómo no te habías dado cuenta antes
y la noche la noche despeñada
la madrugada como un valle
donde rodamos todos en dulce confusión

álzate debes volver a casa
por estrecha calle contra viento silbante
y caer en tu cama la que antes era mía
y dormir duramente
bajo sábana traidora sobre almohada enfurecida
acosado por todo pobrecito
por la persiana que no cierra bien
por la gente desalmada que se levanta
asfixiado por tu propia respiración
mojado por tus propias secreciones
hasta despertar
con el esternón atravesado por el mediodía







Las palabras


tienen cuerpo las palabras tocan y son tocadas
son caramelos se las puede lamer chupar mamar
hierven como peces en un estanque tropical
tienen tantas formas como las valvas según las rocas a que se adhieran
pero importa mucho más lo que contiene su anacarado seno
la vida deliciosa frágil del ser que las habita
son transparentes para que resplandezca su contenido
son crisálidas clavos ardiendo
granadas que revientan en la mano si no se arrojan a tiempo
sólo viven para morir
son pilotos suicidas
perecen al tocar su objetivo

la poesía es uno de esos objetivos
uno de los nombres del hombre
su respuesta al canto del gallo
toda expresión equívoca que aclara las cosas
la parte en blanco de los formularios
el himno de libertad de un libre o de un esclavo
un balbuceo muy bien impostado
un abuso del lenguaje
cualquier cosa natural para decir después de hacer el amor
un lenguaje siempre tan intenso como una despedida
el halo que circunda ese lenguaje
cuando se llega al límite sólo hay un modo de hablar
la metáfora decir que una cosa es otra
en el límite todas las cosas es otra
todo es la verdad radica en soplos
la poesía la dice no hay otra ciencia exacta
la dice en cierto modo con ciertas palabras
confunde esas palabras las calienta para impedir que la vida
         se entumezca en ellas
hace convergir la vida en las palabras
bosques vecinos uniendo sus incendios
el poeta nace se hace se deshace
se rehace renace
es el inspector más general
un contemplativo sin contemplaciones
todas las cosas le interesan por igual pero a algunas les presta
         demasiada atención
a otras demasiado poca
es un científico cuya mente funciona sin datos
es un deslenguado
es una cruza de perro y dactilógrafo
para ser poeta basta con saber oler y escribir
su conducta nunca es absurda
nunca sabe en qué recodo encontrará las palabras
siempre está naufragando en la libertad
atravesando de piedra en palabra el río del tiempo
todo el tiempo siente cómo pasa el tiempo
cambia gente por soledad a través de angustia
las estrellas volatilizan a esa gente
pero ese hombre tiene que contarle cómo son esas estrellas
está prisionero en una fortaleza no puede comunicarse sino
         parabólicamente

por medio de obuses de palomas mensajeras
         silbatos supersónicos
es decir de palabras
montado en ellas vuelve de su soledad a la gente
ustedes qué harían si vieran descender un plato volador
correría a contárselo a todos
cualquier cosa que ve el poeta le parece un plato volador
todas lo son
ustedes escuchen o no pero él debe hablar
no le importa que a ustedes no les importe

mentiras le importa mucho y a ustedes también debería importarles
no piensen en él como poeta sino como hombre
de un tajo él se da cuenta como es alguna cosa
relaciones estrechísimas entre cosas al parecer remotísimas
él pone poética la realidad
la pone como es
o tal vez al contrario la realidad es la que se pone poética
las cosas se enternecen se desequilibran trascienden peligrosamente
         sus límites
otra vez un bosque pero de otoño con todos sus árboles vibrantes de
         balsámicas hojas
un movimiento se inicia alrededor del poeta lo arrastra a girar
para no caer debe aferrarse a las palabras
para flotar en ese vacío hace falta una balsa o un puente colgante
         de palabras
o escala de seda o palabras por donde tal vez subir
la situación exige no perecer asumir una forma estable
no tiene otra salida que las palabras así como el atardecer no tiene
         otra que las campanas
el poeta está obligado a descubrir y pronunciar esas palabras
una fisura se oscurece en la pulimentada superficie del mundo
donde él introduce la arista más delgada de su cuña verbal
a medida que los hechos pasan a palabras se va apaciguando
         el vórtice de realidad
enardeciéndose el de palabras
hasta que el poeta  entrega su confesión por escrito

la poesía es el arte de no escribir  1
dígalo con palabras como si no lo dijera con palabras
cualquier cosa puede concentrarse en una palabra o extenderse
         en mil
hay que encontrar la cantidad exacta que resulte poética
cada palabra tiene mil sentidos
dos juntas multiplican un millón
con el correr del tiempo  las precisiones se van desgastando
         como templos abandonados en la selva
el poeta quiso fabricar una llave pero le salió una ganzúa
ya no sabe qué puertas abrirá pero las abrirá
admiremos al noble ladrón que sólo roba puertas cerradas
ha aceptado ser un sicario paro de la poesía
ha decidido gastar su tiempo en eso
está dispuesto a consumir un año en una e
a escribir con su sangre letreros luminosos
a escribir con bordes de monedas con lapiceras explosivas
con guantes con la zurda
aunque los dedos se le agarroten o se le derritan
a la madrugada levantándose o acostándose
con el deseo con el hartazgo
él estaba escribiendo
se quedó ciego y siguió escribiendo

el poema es el arma perfecta
complejo aceitado compacto
todo poeta vive como un pistolero
con el corazón en la boca
las palabras le ordenan el mundo pero le desordenan la vida
él no compra un espejo para adornar el dormitorio de su amante
compra la palabra espejo para adornar el verso donde su amante
         lo abandona
y se queda solo frente a ese espejo
las balas rebotan en la blindada imagen
el arma funciona contra su portador pero él no quiere soltarla
se agarra  del mundo por donde puede
su hacer es lo único que puede oponer al tiempo

el tiempo procura absorberme
integrarme a sí desintegrarme a mí
imposible evitar la lucha entre él y yo
yo lo voy a llenar de mí mismo de cosas en que me transformo
escribir como amar son órganos por donde me vuelco
me lanzo a ser en el tiempo bajo una forma nueva
hasta que me vacíe del todo ya lo sé
pero el tiempo no puede quedar así
hay que ponerlo overo de palabras


1  Esta definición es sólo válida para poetas



Epicedio a Luisito


te pusiste en la boca una escopeta de dos caños
apoyaste su culata en la pampa
y sorbiste de un solo trago el feroz mate de plomo

que portón en la nuca cómo salieron echando diablos los sesos
         y la sangre y todo el dolor que habías comprendido y custodiado
         entre huesos durante treinta años

eso pasaba en la nuca pero en la cara pasaba esto otro
la suave paz de tus labios
como hembra en varón
se reclinaban en la recia paz de tus bigotes


 

Inminencia



cuando invado la calle con potente nostalgia
siento de pronto que aparecerás
el aire se pone confidencial
se cierne tu presencia
como íntima tormenta especial para mí
uva del colectivo
perla del taxi bivalvo
cualquier esquina producirá la mitad de tu cuerpo
el más inocente zaguán
te arrojará contra mi corazón