Mirando a Felicita lavar la ropa
Flamea un aro de golondrinas en el cielo,
y
el azul,
el
púrpura delicado,
anuncian
un día de fiesta
para
mañana.
Sobre
las escaleras del muelle,
como
ramos de caña de ámbar,
reposa
la ropa lavada.
(...)
Daca
noche persigo un sueño como a un ciervo
en
la pradera. Como a él, apenas lo imagino;
o
veo un ojo, el delicado filo de la cornamenta,
el
flanco rojo que refulge y se pierde entre
los
pastos del sudán.
Pero
entonces apareció entero, sobre el muro de
arena
que bordea las lagunas. La luna en el agua
lo
volvía nítido contra el cielo.
Ella
detrás, me miraba.
Empezó
a cantar una canción. Rendida de
amor,
y de terror, supe que su voz creaba
la
mitad secreta del mundo.
(...)
La
memoria:
¿territorio?
cuya migaja heredé?
-He
perdido la memoria.
Una
aurora boreal se expande
en
la seda oscura.
(...)
Con
la voz en bandolera
mi
padre cuenta:
ellos inventaron
un país sin saberlo
Inventaron:
la manera de alzar
los ojos,
el puño, el techo
Como la momia de una niña de Paracas
Un
sauce
se
levanta en los fondos de la casa.
Los
años van pudriéndole la base
y
muestra un hueco
donde
se deshace la madera
volviéndose
hongos, hilachas.
Podría
entrar allí y encogerme
para
dormir
como
la momia de una niña de Paracas.
Solito
se
muere el árbol. Navegando
el
insondable viaje de la tierra.