domingo, 26 de agosto de 2012

Juan José Ceselli



       Conjuro a la 4° ceremonia


Yo percibía la energía de su combustión avasallando las grietas de mis pensamientos, el filo de sus mandatos desgarrando la pulpa estupefacta del cerebro, la miel de sus rizos avanzando sobre mi almohada, la intimidad de sus horquillas conquistando palmo a palmo todo mis enseres. Protegida por las llaves de fósforo y humo de los sentidos abría de un solo golpe todas las puertas de la fatalidad.  



     Cuarto encantamiento de la 10° ceremonia

 


poblada de florestas voraces
a cada instante te descubro
buscando en ti el olvido
en ti encuentro el sobrio hastío de la tiendas de alfombras y brocados
de las tiendas de los que trafican con anillos para esponsales
la impavidez de los hombres que dan de comer a los peces en alta mar

desnudos y extenuados
tú y yo
habitantes del país del milagro
protegidos por la virginidad de la selva
amparados por el ardor de los grandes depósitos de cereales en descomposición
la trituración de los dolores furtivos
y la voluptuosidad del castigo
nuestras ambiciones recorren las más altas cordilleras
mientras se rajan los vidrios
se borran las fotografías
y las puertas se enmohecen y dejan de girar
¿qué es el amor sino un gran olvido?
¿qué es la muerte sino la salud eterna?

inclinado sobre ti
igual que sobre un gran precipicio
tus pechos brillan con la fosforescencia de los ojos de los tigres en la espesura
y tu sexo afilado como una cuchilla
parte el Infinito en dos mitades



     Crítica a la tercera iluminación de la 16° ceremonia

 


Cada día, yo empujaba hacia ella las puertas tortuosas de mis ambiciones y ponía en marcha las poleas tornasoladas de sus recuerdos descubriendo sensaciones venenosas, estupros inocentes, antídotos bárbaros, mientras el péndulo alocado de su corazón cáustico se asfixiaba bajo el terciopelo áspero de la avidez, agostado por temperaturas, más allá del frío y del calor.



       Tercera revelación de la 21° ceremonia



los gorriones se habían callado
pero tú seguías amando
y te sentía calma
llena de esa terrible calma
que precede a las batallas

de tu adoración no se puede esperar piedad
te doblas fuerte y elástica como un sable
y tus dedos se deslizan por mis cabellos
con la misma minuciosidad con que los pelícanos
deslizan el pico entre sus plumajes

tus brazos crecen sin cesar a mi alrededor
como una maraña de lujuria
abriendo suavemente el infierno de tus candores
introduciendo en mi boca
tu lengua de caña de azúcar

fragante y áspera
cubierta de espinas y madrigueras acres
me maltratas y me arrastras desesperadamente
como si estuvieras rescatando de las aguas
mi cuerpo ahogado

sólo el egoísmo de los amantes
salvará el mundo



       La temperancia


¿Es ésta entonces la Libertad?-de las desfallecidas osamentas enloquecidas por la parsimonia del Tiempo-de los grandes artistas que enfurecen pintando con el olor a madera vieja-a pájaros momificados-a gas butano-a gas metano-a nafta y a benzol-violinistas iniciados que usan la clave de Luna-tristeza de mujeres domesticadas como panteras-de santos que no pecaron-incienso de catedrales secretas-de mármoles suntuosos atacados por gusanos-lascivia de esposas con fragancias agrias-hedores dulces-de harén-de tiendas-de azahares y nardos-de almizcle y tabaco-aceite de coco y agua florida-fragancia franca de la ropa secada al sol-del ajo-de la albaca-sudores-sexo-vello-¿es ésta la Libertad?-no había perversión que no divinizáramos-ella me asumía por dentro y por fuera igual que un té con canela-que un campo de hinojo-que un viento cálido y pertinaz-sus piernas se abrían y se cerraban con la ferocidad de una trampa-de su cuerpo cubierto por el rocío de las grandes calamidades se desprendían lánguidas tormentas de belleza-su piel respiraba azúcar-dejaba caer por los rincones puñados de claridad-oh desenfreno-provocación-de las manos templadas al cianuro-de las manos expertas-de las manos de muselina-las que recibían al Verano con una sencilla corona de ruda- con el resplandor pálido de su histeria-de su indolencia-de las noches iluminadas con velas de oro-con espejos negros-con orinales musicales-blancos-piadosos-desbordantes-con peces tropicales-con insultos-con caricias en bruto-con un estertor-a mí no me importaba la lógica-simplemente creía-nuestro dominio de la crueldad y del humor nos revelaba el lado mágico del mundo-y por la noche me acariciaba con el mismo celo con que por la mañana pasaba la franela sobre los muebles del comedor-ah la impotencia-la decepción-trajín deplorable de vajillas-sobremesas refinadas-orgía doméstica-crisálida de sosiego-¿dónde estás?-¿quién dirige tus vértigos?-¿tus dudas?-¿tus angustias?-aclamemos la catástrofe
-el candor del Caos-la indecencia del Orden-aclamemos la pureza de la cobardía y la lujuria de la rendición-¿es ésta entonces la Libertad?