La poesía de un hombre es
veneno para otro hombre
Esta frase de Oscar Wilde que me dijo Francisco Madariaga es verdadera,
porque toda la
poesía aumenta el vino de
la ira o de la violenta
pasión, y el que la
encuentra en el fondo del aljibe
o en la punta oscura del viento de la tormenta,
sabe que alguien canta en medio de la pesadilla. A despecho de los
engendros de la muerte o de los caminos que cruzan sus colores:
Negro, como el ala del
cuervo de Poe; amarillo, color pintado
por los médicos-chamanes
amazónicos en los pechos
de las mulatas para
distinguir su sexo; blanco ausente
en los ojos de los ciegos
de conocimientos; azul en otros ojos
como de porcelana holandesa; grabado a fuego en las aguas más antiguas
a contramarcha de la historia de la imaginación, entre los extravertidos
o los dueños del circo empobrecido por mudanzas continuas, la poesía
crea
un pequeño irupé de mieles que alimentan al colibrí de los sonidos.
Diría que esa miel, es veneno para otros hombres.
Pero ¿acaso del mismo ofidio no se extrae el contraveneno? Esa poética
es la que
urge a unos y distrae a otros, porque la savia del mismo árbol de la
vida,
sirve para curar o matar aquellas ilusiones, estas conveniencias.
Solamente el gran
hechicero es capaz de cambiar sus caballos de ensueños
y seguir respirando como
si nada pasara. Solamente él es el único que sabe,
sin ninguna lógica, dónde
debe parar su energía,
en qué momento aparece la palabra fin, que a veces
no está como todos creen en el final sino en el principio de las cosas.
Extraversión de la
luciérnaga según un
cronista del Siglo XVI
y C. G. Jung
Del
género de los Escarabajos es muy singular:
de gran utilidad para los
viajeros del monte impenetrable
tiene cuerpo de avispa
(no muy alta descalza
cuando inicia esos strip-tease
cotidianos), una antena de
siete líneas de largo
que usa como timón para
gobernar su cuerpo y depósitos
en los ojos brillantes líquidos con los cuales se
puede leer de noche.
Con frecuencia carece de ideas, de pasiones,
de reposo y su desarrollo afectivo llega pronto a la madurez
mientras se pasea en bicicleta por el campus de la universidad.
Aun cortadas las partes
luminosas conserva por años enteros
la luz y sirven al mismo efecto.
Carece de pasiones hondas. Para ella el amor es preferencia,
el odio desvío y los celos
orgullo herido.
Su entusiasmo no se sostiene. Se inscribe en las carreras y
a mitad de camino se detiene. No cree: supone.
No es incrédula: no sabe. Se resiste a llevar a la práctica
conclusiones racionales.
La propia casa es su
invierno, la sociedad su verano.
Hoy la vi pasar como siempre fugaz y luminosa
y me dio un sonoro beso en la mejilla debajo de un sicomoro.
Consideraciones sobre las
oscuras golondrinas
Miss Len Howard ha descubierto que las golondrinas emigran
de un almendro del valle
de Sussex a un campanario
de un pueblito de
Corrientes,
del estado de Minnesota a la casa del Greco
en Toledo,
que avanzan por un deseo de orientación inexplicable
y en cada una de las estaciones desovan, nos envían
postales desde Brujas,
evocan
distintos lugares y después
naturalmente
se transforman en recuerdos o fantasías eróticas.
Inexplicablemente algunos enamorados se apoyan en el balcón
y se preguntan siempre de la misma manera:
¿volverán las oscuras
golondrinas?
Madame Bovary
Emma te equivocaste
cuando saliste de tu casa
en un carruaje con grandes
ruedas que corrían hacia
atrás como en las películas
del
Oeste
porque tu soledad era algo que debía ser solamente tuyo
y porque era fatal que
nadie te comprendiera en
ese pueblo de provincias
ni siquiera tu marido
el pobre hombre gris
herido de tu amor
Bueno, no me hables ahora de tus taquicardias
o de los vestidos con
enaguas y encajes
déjame explicarte
que me conduelo solamente
porque te persiguen furiosamente
los vecinos ineptos en el
juego
de tu corazón virgen
y tu siglo era un cambio
lentamente mirado a través
de las celosías
de la villa
más bien ponte el anillo o
los collares de los hippies
y piensa en Carnaby Street en como lograr la infidelidad
sin que tengas que
recurrir a tu conciencia
de pobre
muchacha provinciana
Yo pienso que buscabas saber solamente
cómo te desnudarían los
otros
y estos otro
cretinos te traicionaron
Emma
Dame la mano no llores más
quédate en silencio
y escuchemos juntos estos discos de los Beatles.
Datos biográficos de una
autor desconocido
Los historiadores del futuro pasarán largas
horas encerrados en sus
laboratorios
pidiéndoles a las máquinas y computadoras que respondan
a las tarjetas del
programa
sobre algunos datos que no consigan
las biografías o el
testimonio de algunos testigos
veraces ya muertos en el siglo XX
bueno, esos curiosos que
quisieron saber
quién y cómo provocó estos poemas
estos pequeños núcleos de
palabras girando
en sistemas ptolomeicos alrededor de un átomo desintegrado
si hubo dirán los sabios
alguna persona de nombre
frecuente en los
santorales
y se orientarán a tientas hacia la incierta posibilidad de que fuera
una
mujer
la que provocaba ciertos sobresaltos
en su corazón cuando
pasaba frente a su casa
¿y acaso, su corazón no era una mansión cerrada?
Yo les diría sonriendo bueno señores no se me quemen más las pestañas
¿qué sentido tiene que la haya inventado yo
o que por el contrario
ella existiera cómodamente
en uno de esos frisos tallados en la piedra
por los brujos de la tribu?
Lo único importante es que no vuelvan a destruir la biblioteca de
Alejandría.