Escritura de una carta
Como si un cáliz apesadumbrado le
hubiese
estallado bajo la nariz
-dados
de polen amarillo, brazos que giran
sobre fondo blanco-,
como
si una procesión de personajes de linterna
mágica
lo
requiriese, lo llamase, a gritos,
personajes
huérfanos y sin fortuna,
después
de que brotara un géiser
de la tierra,
como
si la leve luz concedida
a los ojos
segara
las columnas a la altura del capitel,
trémulo
de amor y de furor y de imprudencia
escribe
una carta que enviará
a un hermano.
Fragmentos de música y conversaciones
de la vida de otras personas
Una mano destapó el perfumero, la copa
humedeció los labios.
Así
eran aquellos objetos, establecidos sobre
anaqueles, dispersos
por el cuarto;
ahora,
porque faltan la mano, los labios, cambia
su espesor a causa del
desapego,
y
recrudece su belleza.
No
son, entonces, copa alguna, ya
ni
perfumero; son
bordes
que revisan su imagen
en extintos espejos,
la
luz magra que deja pasar
una puerta entreabierta.
Ancestro
No sé si podrá decir más que:
ese
hombre –mi padre- estuvo sitiado por una pasión, por los despojos
de
una pasión.
Recuerdo
sus ojos encandilados, los objetos
que
desfondaban sus bolsillos,
y
cómo hacía esfuerzos para parecer emprendedor
cuando
estaba con mi madre.
A
veces, hablaba durante horas sobre ciertas cuestiones ínfimas,
luego
–de repente- comenzaban a arder sus ojos,
y
aseguraba no entender
la
mayor parte de las cosas.
Ese
era su modo de razonar, el de un hombre
que
había elegido hacía mucho algo definitivo
para
bien o para mal.
Primeros días de una víctima
era
un amplio cuarto en el que había una cama
simple dos sillones un lavatorio y una
alfombra
muy gastada
el
hombre más pequeño se quitó el impermeable y
el sombrero y colgó ambas cosas en la
parte
de atrás de la puerta
de
eso se habla mucho dijo el hombre joven hablar
se habla pero algunos lo cuentan y
otros lo
vivimos
el
hombrecillo sonrió y se dirigió a la ventana
la
mayor parte del tiempo h sido leal dijo el joven
con una risita ahogada
antes
de que acabara con su historia el otro ya
estaba pensando en una cosa distinta
perfectamente
dijo el otro, mientras extendía uno
papeles sobre la cama y parecía medio
niño o
medio viejo según por donde le
llegaba la luz
El malentendido
además
dijo muchas otras cosas habló de unas marionetas
sicilianas y del jinete ceremonial
inmóvil
sobre el caballo y de los almohadones
bordados
con una divisa o un deseo
a
ella no se le ocurría cómo replicar y sin saber
exactamente el porqué dijo siempre
estoy deseando
cosas que están más allá de mí
más
allá de usted dijo él como en un murmullo y
pensó que de cualquier forma toda
palabra es
palabra de amor